Es un hecho que, gracias al fácil acceso a la información y al constante cambio de nuestro entorno, cada vez despertamos más el lado crítico que nos hace cuestionar y exigir respuestas sobre los retos que afrontamos en todo el mundo.
Y el cambio climático es, sin duda, uno de los grandes temas de la época. La preocupación por el cuidado del medio ambiente es ya algo arraigado y nativo en las nuevas generaciones. Y en esta demanda por soluciones, nos toca dar también lugar a propuestas a partir de nuestro frente.
Desde la perspectiva inmobiliaria, la construcción es uno de los sectores con mayor huella ecológica. A sabiendas de esto, la pregunta obligada es: ¿existen soluciones constructivas para este problema?
La industria de la construcción sí ha mostrado interés por innovar y dar ciertos pasos para atender el llamado. Un ejemplo es el estudio y aplicación de la madera como principal material en estructuras. Cuando se produce responsable y controladamente, esta es una de las mejores alternativas para disminuir las emisiones de dióxido de carbono.
Existen casos reales que comprueban que las estructuras con paneles de madera laminada cumplen con los criterios de diseño y los requisitos de seguridad e incendios para construir un edificio de seis o más niveles. Prueba reciente es el Wood Innovation Design Center en British Columbia, un edificio de ocho niveles de usos mixtos construido en 2014.
Las claves para edificar una estructura de madera de tal magnitud son la técnica, el material y el método de empleo. A diferencia de las vigas macizas, los paneles de madera laminada son capas adheridas una sobre otra que forman elementos estructurales como columnas y losas.
Estos productos ofrecen beneficios como la acústica, el buen comportamiento contra el fuego, la resistencia estructural y una mayor eficiencia constructiva.
Sin embargo, como toda alternativa, primero debe superar ciertos obstáculos y complicaciones. Algunos de estos son la reglamentación y lineamientos de construcciones en algunas ciudades, sobre todo aquellas en donde la aplicación de estructuras de madera no es común; los altos costos también son impedimento en sitios donde no se acostumbra producirla o emplearla.
Ahora bien, la construcción con madera no es ninguna novedad en el mundo. Japón fue de los pioneros en las edificaciones de pagodas de hasta 20 niveles que, a la fecha, se mantienen estables. Actualmente, países europeos como Austria, Polonia e Inglaterra, así como Estados Unidos y Canadá en Norteamérica, son los más sobresalientes en el empleo de este material en las obras.
Durante los últimos años, hemos visto un crecimiento en el interés por estas estructuras, así como inversiones importantes en investigación y desarrollo para hacerlo posible. El avance reciente, con proyectos conceptuales y reales —en desarrollo y terminados—, aporta cada vez más validez a la alternativa.
De cara al futuro, el pronóstico es que esta tendencia ascendente se mantenga, debido a la creciente adopción y al impulso que le dan nuevas normativas en regiones norteamericanas como California y algunas provincias de Canadá.
Más allá de los retos en la industria, todo lo anterior traerá beneficios importantes para todos. En un entorno de alta atención al cambio climático y considerando que la producción de concreto representa el 5% de las emisiones de dióxido de carbono, un mayor uso de la madera laminada representaría reducir sustancialmente la huella ecológica que el sector imprime sobre el planeta.
Anexos: https://www.archdaily.com/630264/wood-innovation-design-centre-michael-green-architecture
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